Sumario. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) es nuestra Carta Magna, ahí se encuentran nuestros derechos y deberes fundamentales, así como las características que se supone debe tener la sociedad venezolana. Hay que conocerla para exigir que se cumpla y más en este año con el proceso de elecciones presidenciales. Hay que poner en la palestra, de manera permanente, elementos que son necesarios para recordárselos tanto a los políticos como nosotros mismos, los ciudadanos. Sobre algunos de esos elementos centrales escribo.

Este asunto de la electricidad, que un día se va a las 10, el otro a las 12 y otro no se va, me tiene toda angustiada, y casi no me deja pensar en otras cosas. No he podido llevar a mi hijo al Registro Electoral, tiene ya 18 años y debe inscribirse. El punto me queda un poco lejos, pero, haré el esfuerzo”, ese fue el comentario que me hizo una señora en Barquisimeto. Al menos ella, a pesar de ese sube y baja de la electricidad, tiene presente animar a su hijo a inscribirse en el RE. No está fácil, pero la vía es esa: participar, ejercer nuestro derecho al sufragio, contemplado en el Art. 63 de la CRBV.

Un requisito para votar (eso lo sabemos todos), es estar inscrito en el RE, sin embargo, resulta que apenas dan un mes para hacerlo. Hay más de 2 millones de jóvenes que nunca han votado, tienen que inscribirse y los puntos abiertos por el CNE son insuficientes: apenas 315, mientras hay 335 municipios en el país: Es decir, ni siquiera están incluidos todos los municipios, eso aleja las posibilidades para favorecer dicho registro. No basta entonces con enunciar el Art. 63, hay que insistir en facilitar los pases para poder votar. No hablemos de la cantidad de ciudadanos que deben actualizar sus datos por cambio de residencia. Sume a esto el horario tan estrecho de esos puntos de registro: de 8.30 a.m. a 3:00 p.m. ¿Qué pasará en esas ciudades con apagones de 3, 4 y hasta 5 horas? Hace unos días, en Barquisimeto, pasé por la oficina del CNE en el Municipio Iribarren (la permanente que está ubicada en el este de la ciudad) y no vi ninguna cola. Me acerqué a preguntar si estaban trabajando, dado que había gente adentro y me dijeron “estamos los funcionarios, pero no tenemos electricidad, no podemos atender gente”. Casi me puse a llorar, pues en toda la ciudad se está yendo la luz casi todos los días… Pensé en Maracaibo, en San Cristóbal, con situaciones peores. ¿No habría que extender ese período para actualizar el Registro Electoral?

Hay que exigir la garantía de los derechos. El artículo 63 requiere de puentes. Votar es la manera pacífica y democrática para tomar decisiones importantes en un país.

Pasemos a otro derecho, muy vulnerado, la educación. El 1 de abril se celebró el Día Mundial de la Educación. La nuestra, ya se sabe, está en emergencia desde hace rato, en terapia intensiva. Bastan 3 datos para corroborar lo que afirmamos: dos millones 800 niños, niñas, adolescentes y jóvenes en edad escolar, están fuera de las aulas, según cálculos de la Escuela de Educación de la UCAB. ¿Han escuchado ustedes de alguna campaña, algún llamamiento a esa población para que se reincorpore a las aulas? ¿Se ha hecho algo?

Recordemos que, según el Art. 102 de la CRBV, “la educación es un derecho humano y un deber social fundamentales democrática, gratuita y obligatoria”. Agregue el artículo 103, que establece: “Toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad, permanente, en igualdad de condiciones”. Y más adelante dice que “el Estado realizará una inversión prioritaria, de conformidad con las recomendaciones de las Naciones Unidas”; también hace referencia que el Estado creará y sostendrá instituciones y servicios suficientemente dotados… ¿De verdad la educación es prioritaria en este país? ¿Ha visto usted las condiciones en las cuales se encuentran la mayoría de las escuelas públicas? ¿Y el de las universidades, antes orgullo de muchos? Dan pena y lástima… Y sume el famoso y lamentable “horario mosaico”, según el cual, en las escuelas públicas (que constituyen el 86% de los centros educativos en nuestro país) se atienden alumnos apenas 2 o 3 días a la semana. ¡Claro, con esos salarios de hambre los docentes tienen que buscar ingresos en otras tareas! Los más bajos de toda América Latina, incluso más bajos que los de Cuba y Haití. ¿Educación integral y de calidad sin recursos?

Haciendo lazo con este punto en torno al salario de los educadores, conviene citar el Art. 91 de la CRBV. “Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”. No lo estoy inventado, lo dice la CRBV. ¿Para cuánto le alcanza a un educador su salario? Con hambre no se puede enseñar.

Hay que seguir citando nuestra Carta Magna. Tanto los ciudadanos en general como los funcionarios y políticos, deben tenerla presente.

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