Sumario: Hay actitudes que la mayoría de los venezolanos debemos tener por el bien de todos para reconstruir el país. Calma, conversar, comprender, comprometernos, confiar y caminar juntos. Sobre esas actitudes y acciones escribo.

Querer una Venezuela en la cual quepamos todos, que suponga esperanza para los que nos hemos quedado, y anime a los jóvenes a quedarse, a pesar de que los cambios no vendrán de un día para otro, requiere mucha participación ciudadana.

A continuación, comparto las actitudes que considero se necesitan para lograr una Venezuela más humana y fraterna, como todos la deseamos.

Calmarnos. Sean cuales sean los resultados, requerimos calma. No actuar a la ligera, con rabia o a lo loco se pueden cometer tonterías.

Conversar. Que supone hablar y escuchar, no solo con los que piensan como nosotros, sino también con los diferentes, esos que se han puesto franelas de colores distintos a las nuestras. Escuchar cómo vieron el proceso, los resultados. De esas conversaciones puede surgir otra “C”: compartir deseos, incluso alegrías. Eso sí, escuchar con atención, nada de caerle encima al otro si dice algo con lo que no estamos de acuerdo.

Comprometernos. Un futuro mejor supone compromiso ciudadano, que va desde cuidar el ambiente, la calle, la comunidad, pasando por entrar en conversación con vecinos, compañeros de trabajo, amigos de siempre… Conviene también tener la Constitución a la mano para conocer nuestros deberes y cumplirlos, al igual que nuestros derechos. Hay que organizarnos con otros para defenderlos.

Confiar. Los compromisos con los otros, con el país, a pesar de esa desconfianza que, según los informes de Psicodata (de la escuela de Psicología de la UCAB), la mayoría de los venezolanos han ido desarrollando, aunque también hay la percepción de buenos deseos y de esperanza. Entonces confiar no solamente en nuestra familia, sino en los otros, con cautela. Actuar en coherencia con lo que decimos es la base para las acciones futuras.

Comprender. Hay que entender a esos que no siempre pensaron como nosotros. No prejuzgar como aconseja la comunicación para la convivencia. Y otra “C”, Conllevarnos mutuamente, estar dispuestos a llegar a acuerdos.

Caminar juntos. Reconstruir este país supone establecer acuerdos para el bien común, desde promover la ciudadanía en la calle (que estas dejen de ser junglas porque impera la Ley de la selva). Caminar con el otro respetándolo, buscando horizontes comunes…

Por supuesto que esta familia de “C” no la pensamos sólo para los ciudadanos de a pie, como usted y yo: igualmente es válida para los funcionarios, para aquellos que les toque ejercer cargos de responsabilidad, administrar fondos públicos, diseñar políticas públicas…

Conviene tener pendiente a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de este país, tan desprotegidos, así como a los ancianos. Por ellos y por nosotros, necesitamos caminar juntos con horizontes comunes.

Por Luisa Pernalete

Redes sociales: @luisaconpaz