Sumario. Basta observar cualquier calle de cualquier ciudad del país para ver la falta de ciudadanía que tenemos. Observaremos a mucha gente violando las normas del tránsito. Las normas son para todos, pues nos protegen y, en especial, a los más vulnerables. Necesitamos ser ciudadanos (derechos respetados, deberes practicados) tanto en la escuela, en el trabajo, en las instituciones, en la comunidad, sobre eso escribimos.

“Otro chofer  que no respetó el semáforo… El motorizado tragándose la flecha… El peatón pasando la calle en medio de la cuadra…” y así podríamos seguir describiendo lo que vemos en cualquier  esquina de todas las ciudades venezolanas, con sus lamentables consecuencias y siempre las víctimas son  los más vulnerables: los niños, los ancianos, los que tienen alguna condición, como los que andan en sillas de rueda… Nuestras calles se han convertido en junglas, imperando la Ley de la selva,  donde “gana” el más fuerte, el más grande, el más rápido.

La ciudadanía supone deberes y derechos que deben arroparnos a todos y así se protege al más débil. Las autoridades deben velar por el cumplimiento de esas normas (¡qué son para todos!)  cumplirlas ellas también y promoverlas.

La educación ciudadana comienza en el hogar. Los niños y niñas deben ver en sus padres ejemplos de esas normas de respeto mutuo, de ayuda en las tareas del hogar (no le tiene que tocar todo a la madre), de cuidar las plantas que nos alegran tanto… Deberes y derechos son la antesala de lo que luego el niño y la niña deben continuar en la escuela y en la calle.  También es importante que los pequeños vean a sus padres respetar las normas de tránsito cuando salgan con ellos. Recuerden que de 0 a 7 años se aprende por modelaje.

En la escuela, por supuesto, hay que hacer consciente los deberes y derechos que los estudiantes tienen, contemplados en la LOPNNA y no se olviden de la Constitución.  En la LOPNNA, es verdad que hay muchos derechos, unos cuantos tienen que ver con su vida de ciudadano, como esa del derecho a participar (Art.81), el de reunión (Art.82), el derecho a defender sus derechos (Art. 86), por mencionar algunos. No se olviden del Art. 93 que contempla los deberes y posee 9 literales  (entre ellos, por ejemplo,  el h  que indica el deber de los NNA de conservar el medio ambiente).

De igual manera, en la escuela hay que enseñar a respetar normas para cuidar los espacios escolares, eso es ser ciudadano también. Organizarse en el salón para mejorar los jardines, por ejemplo. Relacionarse con el entorno y juntos, escuela y comunidad, resolver problemas comunes.

La ciudadanía tiene como objeto construir el bien común en la escuela, en la comunidad, en la ciudad, en el país.

Hay iniciativas regionales que pudieran servir de ejemplo, como es la existencia del Consejo Consultivo de la Ciudad de Barquisimeto, que existe para preocuparse y ocuparse de la ciudad. Son, aproximadamente, unas 90 personas que se reúnen periódicamente para mirar juntos la ciudad y ver qué se puede hacer. También en Barquisimeto, el Aula Abierta al Ciudadano, creada en el 2000 por un par de profesores jubilados del Pedagógico y, en alianza con otras organizaciones,  convocan a los ciudadanos el último domingo de cada mes para estudiar   estudian temas de interés para la formación ciudadana con la ayuda de expertos invitados.

La ciudadanía tiene que ver, como mencionamos, con la construcción del “Bien común”. Supone estar atento a la realidad, al contexto;  supone conocer deberes y derechos.  Amerita  organización, planes, perseverancia. Supone denunciar y proponer como lo hace, por ejemplo,  la Gente Propone, programa impulsado por el grupo social Cesap y que existe en varias ciudades del país.

Muy importante la realización de campañas ciudadanas a través de los medios de comunicación, así como las redes sociales.  Necesitamos ciudades educadoras. Es útil  la sistematización de experiencias exitosas, porque sirven para animar a otros a realizar acciones similares.

Venezuela Competitiva ha estado impulsando una campaña para fomentar la educación ciudadana. Fe y Alegría la incorpora como un eje transversal en sus centros educativos.

Sí, no es suficiente, pero son luces en medio del apagón que siembran esperanza.

Súmese usted, organice con sus vecinos alguna acción en favor del bien común en su comunidad. Y no dejemos de exigir a las autoridades que manejan recursos públicos a cumplir con sus deberes.

Por: Luisa Pernalete

Redes Sociales: @luisaconpaz