¿Sabemos cuántos niños, niñas, adolescentes y jóvenes están fuera de las aulas? ¿Sabemos cuánto están aprendiendo los que pueden asistir a clases? ¿Estamos conscientes de que sin educación los niños, niñas y adolescentes no tienen presente ni futuro? Y un país tampoco sale de sus crisis sin educación.

¿Quién no quiere una buena educación para sus hijos o nietos? ¿Estamos conscientes de lo mal que está la infraestructura escolar en muchísimos centros educativos? ¿Sabemos los bajísimos salarios que tienen los educadores de las escuelas públicas y muchas de las subsidiadas?

La educación es un derecho humano. Según nuestra Constitución vigente, en el artículo 102, se estableció que “es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria”. Mientras que el artículo 103 indica: “Toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad”.   Pero resulta que la educación venezolana hace años que está en emergencia.   No hay datos oficiales sobre esta situación, pero según observadores de distintas universidades y organizaciones que hacen investigaciones educativas, cerca de 3 millones de chamos en edad escolar han abandonado las aulas.

Les damos algunos datos sobre la calidad educativa en nuestro país, gracias al informe que el mes pasado presentó la UCAB, arrojados por el Sistema de Evaluación de Conocimientos en Línea (SECEL), el cual ha sido muy poco difundido. El pasado 7 de mayo, el grupo de periodistas Punto y seguido organizó un foro chat para darlo a conocer e invitó al Lic. Carlos Trapani, coordinador de CECODAP y de la REDHNNA, además de ser profesor de la UCAB.

En el 2024 se aplicaron más de 11 mil pruebas en matemáticas y habilidades verbales a estudiantes desde 4to grado hasta 5to año de bachillerato. Vean algunos resultados: 74,93% de los estudiantes de esa muestra reprobaron. ¿Qué tal? Seguimos: 3 de cada 4 reprobaron en matemáticas y 1 de cada 3 no entiende lo que lee, siendo el promedio global en matemáticas de 7,59 y en habilidades verbales de 8,02. Un estudiante que no comprende lo que lee, no puede aprender, no puede ser crítico.

Los datos son muy preocupantes. Entre las causas están las siguientes, solamente por mencionar algunas: pérdida de personal docente calificado producto de los bajísimos salarios; las escuelas se están quedando sin educadores (especialmente en Bachillerato), falta actualización en los que están en aula; hay desconexión entre lo que se está haciendo en las aulas y el país, los intereses y realidades de los estudiantes… ¡El futuro de esos estudiantes no puede esperar; la infancia y la adolescencia pasan rápido! Hay que hacer muchas cosas y sin perder más tiempo.

Mientras hay organizaciones que están trabajando con muchas dificultades, pero perseverando, como Fe y Alegría, que está cumpliendo 70 años de creada y está en su campaña anual de recaudación de fondos a través de la rifa. Hay que ayudar a los que están educando. Nos atrevemos a proponer que cooperen con esa rifa, no tanto por los 70 premios que ofrece, aunque también atraen, sino por el hecho de que por cada boleto vendido se estarán beneficiando 176 escuelas (desde la península de La Guajira hasta la frontera con Brasil), 5 institutos universitarios, 52 centros de Capacitación Laboral, 23 emisoras de radio (con su espacio LEER, la Escuela en la radio, que sirve de refuerzo escolar) y el programa de Educomunicación, que permite a jóvenes y adultos que trabajan terminar su bachillerato. Además de apoyar la formación y actualización del personal de Fe y Alegría, a innovar en sus centros educativos, a dotarlos mejor…

Además de lo anterior, no olvidemos que, para Fe y Alegría, los valores y la educación para la paz y la ciudadanía son parte importante de su proyecto educativo, así como la formación de las familias de nuestros estudiantes.

Si quiere cooperar con todo este Movimiento de Educación Popular, con más de 100 mil estudiantes, ingresa a https://rifa.feyalegria.org/tikets-inity forma parte de esta noble causa, a la vez que ayudas a la educación del país. Fe y Alegría está en algunos lugares donde es la única opción para estudiar, como esas escuelas en medio de la selva en el estado Bolívar; igualmente, existe en zonas rurales y, por supuesto, en grandes ciudades. Es una posibilidad para muchos niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, para los ciudadanos que les importa el presente y el futuro del país. Sea parte de ellos.   Haga que “la chispa llegue al incendio”, como contempla el poema “El testamento”, escrito por el padre José María Vélaz s.j., fundador de Fe y Alegría.   

Luisa Pernalete