
El 30 de enero se celebró el Día de la No Violencia y la Paz, en recuerdo de la muerte de Gandhi (1948), pero dada la situación el país y del mundo, debe ser una oportunidad para promoverlas en toda la sociedad. Paz no es sólo ausencia de guerra, es saber resolver los conflictos por vías pacíficas, es aprender a reclamar y opinar sin descalificar. Gandhi nos inspira y debe ser un referente para escolares y para la sociedad en general.
Esta efeméride se celebra desde 1964 por iniciativa de una ONG de España, pero se convirtió en una celebración internacional y nunca está de más insistir en la necesidad de promover la cultura de paz. Recordemos que M. Gandhi, pionero de la no violencia, quien supo conducir a su país, la India, a la liberación del imperio inglés sin tener ejército, sin disparar un tiro, aunque luego él muriera violentamente a manos de un fanático. Gandhi debería ser conocido en todas las escuelas, pues es digno de admiración y de seguimiento.
“Si hemos de alcanzar la verdadera paz en el mundo, tenemos que empezar con los niños”, es una de sus frases más famosas. Y tiene razón en el sentido que los niños, educados en ambientes de paz, serán hombre y mujeres de paz, puesto que ellos aprenden por imitación; además, porque la infancia es la base de una persona. Sin embargo, dada la violencia que inunda nuestra sociedad la promoción de la no violencia y la cultura de paz ha de trascender las aulas. Y no me refiero únicamente a la violencia directa, la visible, esa que mata con un disparo o una puñalada, o la expresada con golpes, sino también la invisible, esa que hiere con una palabra, un insulto, una descalificación o un gesto, y la que vemos en los hogares (con la cuarentena prolongada ha aumentado la violencia intrafamiliar) e incluso en los centros educativos con el acoso escolar e, igualmente, la existente en las redes sociales con insultos y descalificaciones.
Añadamos que en estos días estamos pendientes del peligro que está corriendo en Europa ante una posible invasión de Ucrania por parte de Rusia. Sume usted que en esta semana se recordó mucho el holocausto, ese horrible crimen contra millones de judíos durante la II guerra mundial.
En fin, cualquier día es buena oportunidad para recordar a líderes como Gandhi y beneficiarnos de su sabiduría. Por ello quiero detenerme en algunas de sus enseñanzas.
Algo que valoro es su coherencia. Ghandi insistía que si deseábamos cambiar el mundo, había que comenzar por uno mismo, que era necesario vivir como se hablaba y se pensaba. “Creer en algo y no vivirlo es deshonesto.”
Otro elemento importante para él era la sencillez: nada de “sociedad de consumo” que está acabando con el planeta. “Vivir más sencillamente para que otras personas puedan sencillamente vivir”, dijo. Y vean esta otra frase: “La Tierra ofrece lo suficiente como para satisfacer lo que cada hombre necesita, pero no para lo que cada hombre no codicia.” O sea, desarrollo sustentable, no acumular y proteger la Casa Común, como diría el papa Francisco.
Por supuesto, Ghandi no era hombre de permanecer paralizado ante lo que consideraba injusto. Dio en la práctica muchos ejemplos de protesta pacífica. Era abogado, defendiendo a muchos indios pobres y explotados en Suráfrica, país donde ejerció por primera vez su profesión; defendía con pasión, pero no agredía. Saber presentar una queja es una habilidad humana. Nuestra CRBV establece como derecho la protesta pacífica (Art. 68). Cuando se opina o se expresa algún desacuerdo no es necesario descalificar ni insultar. Esta frase que voy a citar me encanta para las redes sociales: “ No hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra.” ¿No les parece maravillosa para un twitter que se haga viral? ¿Qué tal si se le manda a los dirigentes políticos de este país?
Y en los tiempos de sonidos de guerra -sin olvidar la de Siria que tiene años cobrando víctimas- es importante hablar de la no violencia en las escuelas, también en las familias y en las redes sociales.
Aquí en Venezuela existe, desde hace varios años, una organización que promueve la no violencia y la cultura de paz difundiendo la filosofía de Gandhi: es el Centro Gandhi, ahora con sede propia en Caracas, que ofrece talleres a las escuelas en torno a los pilares de la no violencia, así como uno excelente para maestros y para cualquier ciudadano, el de comunicación para la convivencia. De igual manera, oferta un diplomado, en alianza con la UNIMET, extraordinario (¡qué se lo digo yo que soy de la primera cohorte y además he sido profesora del mismo). Pueden seguirles en @centrogandhi. De paso, cuando se abrió el primer diplomado, vino a Venezuela el bisnieto de Gandhi, Toushard Gandhi, tan sencillo como su bisabuelo.
Afortunadamente también contamos con otras organizaciones como la Cátedra de Paz de la ULA que, permanentemente, están formando promotores de la cultura de paz, o @Cepaz que también trabaja por la paz. ¡Anímese usted y participe!