Sumario: La educación venezolana lleva varios años en crisis: sin educación no hay presente ni futuro para niños y jóvenes ni tampoco para la nación.

Es necesaria una gran alianza por la educación en Venezuela, pues no es un asunto sólo de los educadores y las familias afectadas. Sobre esa propuesta escribo.

En estos días le pregunté a una niña de 9 años, que se la pasa en la puerta de una farmacia cerca de donde vivo, si iba a la escuela. Me dijo que sí, pero, que sólo dos días a la semana, porque a los maestros no les estaban pagando.

El caso de esta niña no es el único. Son millones de niños, niñas y adolescentes en Venezuela que están con ese ritmo educativo (en las escuelas públicas, que son el 85% de las escuelas del país) y súmele los que están totalmente fuera de las aulas. Excluidos pues.

La educación venezolana lleva años en emergencia y esta no comenzó en marzo del 2020 cuando, por la pandemia, se decretó la suspensión de las clases presenciales. Fuimos uno de los países que más tardó en regresar a la presencialidad. La rutina escolar, esa que supone clases todos los días, con asistencia regular de los estudiantes y su jornada establecida completa, lleva años alterada. Enumeremos sólo algunos datos: aunque estos no sean oficiales, ya que la última memoria y cuenta del MPPE fue entregada en el 2016.

Según la ENCOVI, esa encuesta que la UCAB lleva años realizando, actualmente hay en Venezuela un millón y medio de niños, niñas y adolescentes fuera de las aulas; si bien muchos se han ido del país, otros más han quedado excluido por múltiples factores. ¡Aulas sin alumnos y sin docentes! Según el Prof. Calatrava, director de la Escuela de Educación de la UCAB, faltan 250.000 docentes. Entre el 2018 y el 2021 Venezuela perdió el 25% de sus docentes. ¿Y dónde está la generación de relevo? Cualquiera no puede ser educador. Uno de los factores de este abandono de las aulas por parte de los profesionales está relacionado con los bajísimos salarios (los más bajos de América Latina), así como las malas condiciones de trabajo; sume usted el deterioro de la infraestructura escolar, incluida en esta la de las universidades públicas. ¡Dan ganas de llorar! Añada los problemas de servicios públicos, como el transporte público que impide que muchos estudiantes y docentes no puedan llegar a sus centros de trabajo o deban hacerlo caminando. No olvide tampoco el tema de la calidad de la educación: los que investigan este tema dicen que es de muy baja calidad lo que se está haciendo. Hay que recordar que los derechos humanos son interdependientes, no basta una escuela abierta para que el derecho a la educación esté garantizado.

Frente a esta educación en emergencia, el movimiento educativo Fe y Alegría, ya con 68 años de historia, está proponiendo este año una “Alianza por la educación”. Ojo, no para salvar a Fe y Alegría, sino para salvar la educación del país. Por lo esto no puede ser una preocupación y ocupación sólo de los educadores y las familias: debe ser de toda la sociedad.

Se busca sensibilizar a todo el país sobre la gravedad de la situación. Que la mayoría comprendamos que el problema no es de la escuela del sector, por el contrario, es algo global. También se busca que los sectores se articulen, dado que no será un tema de un foro, una reunión y ya; la alianza no se logra de manera rápida. Se busca que se hagan propuestas; que se cumplan algunos artículos de la CRBV, como el 103, el cual señala que “Toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad”; en ese mismo artículo dice que “el Estado realizará una inversión prioritaria”. Lean completo el artículo 104  según el cual “La educación estará cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica”, o sea, no buscadas a lazo en la esquina. Igualmente es hacer efectivo el artículo 91 de nuestra Constitución, donde se declara que todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario que le permita satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia. Hay que lograr un plan masivo de formación docente para nuevos maestros y para actualizar a los que aun están en ejercicio, esos los héroes que perseveran.

¿Con quiénes hay que hacer esta alianza? La respuesta es con todos actores posibles. Digámoslo en verso: “Que vengan los empresarios/ también universidades/ líderes y periodistas/ y también autoridades/”

Sin educación no hay presente ni futuro para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. También hace falta una educación de calidad para reactivar el aparato productivo; necesitamos una educación para promover la ciudadanía y la convivencia fraterna. Sin educación ningún país sale de una crisis.

Es urgente que el tema educativo esté en las mesas de negociaciones, sean los que sean los que se sienten. Es necesario que los actuales funcionarios, los que se llaman dirigentes políticos sin importar del color que sean, entiendan la urgencia de salvar la educación por el bien de sus familias y por el bien del país.

Necesitamos la gran alianza/ para educar y dar esperanza// La escuela venezolana/ hace años está en emergencia/ necesitamos aliarnos/ y salvarla con urgencia// Los niños tienen derecho/a tener educación/ hay que enlazar muchas manos/y tengan esa bendición// Todos pueden dar su aporte/ a salvar la educación/vengan, extiendan las manos/ es la hora de la acción//

¿Qué dice? ¿Se suma?

Por Luisa Pernalete (@luisaconpaz)