Mis queridos Reyes Magos. ¡Qué bueno que pude contactarlos antes de su venida! Tendrán mucho trabajo ustedes y nosotros. En nuestro país existen necesidades, por eso me atreveré a realizarles algunas sugerencias para cuando carguen a sus camellos y vengan el 6, como todos los años.

En primer lugar, me alegra que se siga  entendiendo y manteniendo ese trío: en mejor trabajar en grupo. Eso amerita comprensión, atención, ponerse de acuerdo, tomar decisiones, una comunicación asertiva (esa que invita a no prejuzgar). Todo esto lo estamos necesitando los venezolanos.

En segundo lugar, los regalos traen son bonitos: oro, incienso y mirra. Sin embargo y hablando en confianza, señores Reyes, esos regalos no los necesitamos aquí. Hay bastante oro  en el sur del país y la extracción de ese preciso mineral está acabando con los hermosos ecosistemas del estado Bolívar.  De verdad,  no queremos más oro, ha traído  muchos problemas. Debieran ver a los niños trabajando en las minas, con tanto riesgo y sin estudiar.

¿Incienso? Pues, honestamente aquí hay mucho adulador buscando siempre “algo”, ya saben, los aduladores no son sinceros. Necesitamos poder reconocer lo bueno que hacen los otros; aquí, en mi país, lo utilizarían para adular.

Y, en cuanto a la mirra, pues, la verdad es que casi nadie sabe de qué se trata. Si uno busca en internet, te dicen que la mirra “es una sustancia resinosa, con propiedades medicinales”, crece en África y no me pregunten más. No se confundan: aquí necesitamos medicinas, pero sinceramente, nos urgen otros regalos.

Sugiero, con urgencia, el regalo de educación y más educación. Tenemos montones, millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes fuera de las aulas. No sabemos exactamente cuántos son, pero sean los casi 4 millones que dicen investigadores de la UCAB o los 2.800.000 que señalan otras fuentes, incluso si esas fuentes estuvieran equivocadas y fueran un millón de chamos ¡son muchos! Y ustedes saben: niño sin educación no tiene ni presente ni futuro, y ningún país sale de sus crisis sin educación. Pero, este obsequio supone un regalo añadido: salarios decentes para los docentes, que se cumpla el artículo 91 de la Constitución. ¿Podrán traer ese regalo? Mientras tanto, les prometo seguir trabajando por una alianza por la educación (que  ya se ha comenzado, pero se necesita que sea muy fuerte, muy grande). Lo de salarios decentes no es sólo para los docentes: los médicos y las enfermeras también lo necesitan.

Otro regalo muy importante es “ciudadanía vigorosa”, o sea, ciudadanos desde niños en el hogar, luego en las escuelas, en los medios de comunicación, en las redes, los funcionarios, todo el mundo conociendo sus derechos para defenderlos y vivirlos, ¡y deberes, para cumplirlos! Y, de paso, organizarnos, recuperar el tejido social y poder construir el “bien común”. Es verdad que existen escuelas que educan para la ciudadanía desde que entran los niños a la Educación Inicial y lo tienen como eje transversal, pero se requiere mucho más trabajo. ¿Será que cabe este regalo en sus camellos? Construir el “bien común” ayudaría para que la esperanza por el futuro de este país creciera.

De tercer regalo, me gustaría pedir que valoremos la convivencia pacífica, que la violencia -de cualquier tipo- no siga siendo lo “normal” en los hogares, escuelas, calles, redes sociales. Aprender a resolver los conflictos de manera pacífica. Hay organizaciones que trabajan para ello y es necesario decir que eso requiere voluntad, herramientas, plan, paciencia y perseverancia. Convivencia fraterna como esa que ustedes han mantenido para poder caminar juntos. Seguro que se tienen confianza, algo que según los investigadores de Psicodata, también de la UCAB, ha ido perdiendo el venezolano. Ustedes podrían sistematizar la experiencia de siglos caminando juntos para aprender de ello. El Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín de Fe y Alegría (@cfipj)  les puede ayudar.  

Ya sé que estoy pidiendo mucho, pero si en vez de tres regalos complejos, seguro que saldrán muchos por ahí pidiéndoles servicios públicos de calidad como agua y electricidad. ¡Claro, como ustedes andan en camellos, tal vez lo de la falta de agua potable no lo note mucho, pero les aseguro que es un problema serio!

Si todavía cabe algo más en los camellos, traigan árboles para reforestar las áreas desforestadas del sur del país, agreguen parques y áreas que dejaron de ser verdes en las ciudades.

Creo que ya está bueno, no porque no tengamos otras urgencias como esos que muchos estamos pensando. Traigan ejemplares de la Constitución para que la leamos tanto ciudadanos  como funcionarios, que la respetemos y así poder tener un mejor país. Queremos una sociedad como reza el preámbulo de esa Carta Magna: democrática, plural, respetuosa de los DDHH. Y subrayar lo que dice el artículo 78, sobre la prioridad de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Queremos ver niños y niñas sonrientes, bien alimentados, tratados con cariño…

Espero que lean con suficiente tiempo esta conversación para que carguen sus camellos con estos regalos. Y que en este año que comienza podamos nosotros administrar esos “regalos” tan necesarios.

Por: Luisa Pernalete

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