En Venezuela tenemos que aprender a dialogar con los diferentes, pues no podemos seguir dando vueltas sobre el mismo círculo. Los problemas que afectan a la mayoría son muy graves, ya que la desigualdad social ha crecido enormemente con muchas víctimas en el camino. La migración forzada es la más alta del mundo, incluso más elevada que en aquellos países que están en guerra. Hay que buscar soluciones por el bien del país.

Dialogar ni es traición ni significa que se renuncia a los principios. Dialogar no tiene que suponer “todo o nada”.

Un ejemplo importante lo tenemos en Nelson Mandela. Estuvo conversando por espacio de dos años con las autoridades que lo mantuvieron 27 años privado de libertad. Cuando fue liberado participó en las elecciones presidenciales y las ganó; no se puso a despedir a los trabajadores blancos, ni suspendió las conversaciones con los anteriores mandatarios, quienes habían impuesto la terrible política de apartheid.

Mandela solía decir que la venganza era mala consejera, lo cual no significó que no se hiciera justicia. Y luego, después de terminar su periodo presidencial, (por cierto, que desde el principio dijo que solo sería presidente un periodo y nada de reelecciones ¡qué inteligente!) ayudó a otros países africanos a pacificarse también. Por ejemplo en el 2000 participó en la comisión de paz de Burundí y aconsejó a los líderes de ese país, les habló del arte del líder, entre otras cosas, les recordó que en todas las comunidades hay personas buenas y el verdadero líder debe identificar a esas personas; también que un verdadero líder busca suavizar las tensiones, no exacerbarlas; les indicó que era necesario saber que  en cada discusión ninguna parte estaba totalmente en lo cierto ni completamente equivocada. (Mandela, Nelson. “Conversaciones conmigo mismo”, 2010). Yo creo que todos los que se consideran dirigentes deberían leer ese libro.

Esta semana se ha informado al país que se reanudó el diálogo entre el gobierno y parte de la oposición, estableciéndose algunos acuerdos. Fecha y cronograma electoral, por ejemplo, nada de estar adelantando fecha para elecciones generales o presidenciales de manera antojadiza; igualmente se acordó la actualización del registro electoral, el respeto a la Constitución y las leyes… Uno saluda ese desbloqueo del diálogo y, aunque falta mucho que enfrentar en este país, esos acuerdos son un paso.

Dialogar con el diferente supone reconocer al otro, escucharle y respetarle. No es caerle encima; es estar dispuesto a ceder y ser flexible. No vale el modo “todo o nada”. Es importante, para generar confianza, respetar esos acuerdos para seguir dialogando.

Venezuela está urgida de soluciones. Tenemos la inflación más alta del mundo y los salarios más bajos; tenemos cerca de 3 millones niños, niñas, adolescentes y jóvenes fuera de las aulas; nos estamos quedando sin maestros y la solución a todo esto no puede seguir esperando. Los diálogos tienen que incluir a las organizaciones que están metidas en medio de los dramas, es necesario buscar expertos en estos problemas tan grandes y muy graves. En nuestro país hay expertos dispuestos a aportar sus conocimientos.

Un diálogo sinceroque supone respetar al otro adversario. Es entonces respetar el derecho a participar que está contemplado en la CRBV en su Art.62 que dice que “todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o electas” y el 63 que señala al sufragio como un derecho y el articulo 66, muy importante, que contempla que los electores y electoras tienen derecho a pedir que sus representantes rindan cuentas. De manera que no habría ni que mencionar que participar, votar y pedir cuentas es como algo especial, por el contrario es algo natural para cualquier ciudadano y los diálogos solo deben subrayar que esos derechos serán respetados.

Los diálogos no son recetas como las que se siguen para hacer comida instantánea. Se requiere paciencia, perseverancia y honestidad para sembrar confianza. Se requiere que lo que se acuerde se cumpla, repetimos.

Es hora de puentes y diálogos; hay mucha gente sufriendo. Hay que tener, repetimos, paciencia, perseverancia y pensar en las personas que peor la están pasando

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