Ideas clave

Nuestros modos de actuar son básicamente, el producto de nuestras creencias y emociones, hacernos consciente de ello y comenzar a dar pasos para cambiar, ser más felices y plenos es posible.

Las creencias son ideas que se consideran verdaderas y válidas. Son la fórmula que nos permite comportarnos de una forma determinada en un momento específico.

Las creencias las aprendemos de nuestros padres, amigos, familiares. Según Carl Simontón (1993), existen 3 tipos de creencias: insanas, positivas y saludables.

Las creencias insanas están basadas casi exclusivamente en interpretaciones o aprendizajes distorsionados de la realidad, y están asociadas con emociones negativas que no nos hacen sentir cómodos.

Las creencias positivas son aquellas basadas en un optimismo exagerado y negador de la realidad. Constituyen generalmente, una respuesta defensiva para no ver ni examinar con objetividad una situación, mi experimentar emociones como el dolor o el miedo.

Las creencias saludables son aquellas basadas en hechos reales, son producto de un proceso de decisión de cambio y están asociadas a emociones y sensaciones positivas y neutras: paz, sosiego, amor, alegría, certidumbre.

Hacer contacto con la emoción nos permite identificarla, también debemos precisar el contexto en el que se está generando, para luego tomar más conciencia de las respuestas que podemos brindar, pues cada comportamiento tiene un elemento emotivo.

Ejercicio para aprender a autoevaluar nuestras emociones  

Agradezcamos 5 cosas o situaciones que hayamos vivido durante cada día, preguntémonos  qué emociones estuvieron más presentes y veamos el contexto en el que se dieron esas emociones, y si hubo una  respuesta inadecuada, evaluarlo, pedir disculpas, porque somos humanos, y preguntarnos si debemos hacer un cambio, recordar cómo fue la circunstancia para comenzar a trabajarla y que no se repita.

Puedo cambiar mi sistema de creencias o una emoción que me lleva a un comportamiento determinado, para ello debo:

a)Identificar el comportamiento que quiero cambiar.

b)Definir para qué lo quiero cambiar: para sentirme bien, no para complacer a otros.

c)Tener claro que voy a sentir una disonancia porque voy a dejar de hacer lo que antes hacía y comenzaré a hacer algo distinto.

d)Permitir que aparezcan las creencias potenciadoras que me permiten entender que soy fuerte, que tengo la fortaleza para cambiar, que estoy listo.

e)Ser constante, perseverante: A través de la constancia, de la repetición puedo transformar una creencia limitante.

Indistintamente de las respuestas de otros, que no puedo cambiar, sí puedo cambiar cómo voy a responder, qué emoción estoy sintiendo a lo que los otros me están decidiendo o haciendo, y sobre qué yo debo tener control.

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