“A mí me gustaría pedir por la salud de mi mamá, tiene problemas con la tensión”. Dijo una pequeña de primer grado cuando se le preguntó qué quería para el Día del Niño.

    El tercer domingo de julio se celebra el Día del Niño en Venezuela. Se nos ocurrió ir a una escuela de Fe y Alegría en Barquisimeto y conversar con pequeños y pequeñas de Primaria para ver qué deseaban para festejar ese día. Es bueno escucharles y no sólo poner nuestra cabeza de adultos suponiendo cuáles eran sus deseos. Fue muy grata esa conversación. Era día de deporte, todos jugando en los espacios amplios del colegio, ubicado en una comunidad popular del oeste y con más de 60 años de fundado. Ya habíamos pedido permiso para esas pequeñas reuniones; no fueron entrevistas, sino conversaciones en grupos reducidos. Les comparto lo que escuché.

    Los alumnos de Educación Inicial contestaron lo siguiente: las niñas siguen pidiendo muñecas y casitas para jugar con ellas. Se lo decían sonriendo a mi títere de mano, que era quien hacía las preguntas. Je, je, je.   Mientras los varones querían… ¡Motos! Eso nos sorprendió, no solo porque una moto es algo costoso (no es de fácil acceso en zonas populares), sino sobre todo por la edad de los niños. ¿Tiene que ver con las motopiruetas, ahora “deporte nacional”? Nadie pidió teléfonos ni tabletas.

    Seguimos después con grupos de tercer grado y luego terminamos con unos de 6to grado.

    Las niñas de 3er grado fueron muy lindas. Pidieron salud y paz para sus familias y la comunidad. Cuando les preguntamos qué le pedirían al alcalde o al gobernador si pudieran hablar con alguno de ellos, una dijo rápido: “Pediría que arreglara las cloacas de la calle donde vivimos, llevan tiempo desbordadas, el olor es terrible”. Otra dijo que les pediría que ayudaran a unas familias a arreglar sus casas porque estaban muy mal y podían caerse. También dijeron que les dieran de comer a niños que no comen todos los días.   Ninguna pidió juguetes. Ni teléfonos ni tabletas. Cuando le preguntamos qué solicitarían a sus padres, una dijo que pediría que siempre pudieran acompañar a sus hijos, pues conoce amiguitas cuyos padres se han ido y por ello viven con sus abuelas. “Aunque mandan dinero, no es lo mismo”. Todas dijeron tener familiares cercanos en otros países.

     A este grupo les pregunté también qué les había gustado más del año escolar que estaba terminando y qué no les había desagradado. Sobre lo primero, debemos señalar que los maestros quedaron muy bien.   “Nos ha gustado compartir con las maestras” y varias dijeron que las tareas de matemáticas. ¡Hay que felicitar a esas docentes! También el compartir con sus compañeros de clase. Sobre lo que no les gustó, señalaron dos cosas: una, que los “más rápidos” en dictados y tareas andan apurando siempre a los otros; “y nosotros leímos un cuento en clase y ahí se decía que nadie se burle de otros”.   No les gustaba que hubiese varones que hicieran “bullying” a las compañeras, como con una que es gordita y le echan broma. “Y para el acto de fin de año, en donde bailaremos, ninguno quería bailar con ella, porque al final hay que cargarla, pero finalmente, uno se ofreció para bailar con ella”. Esto lo dijeron con mucha seriedad.

    Los más grandes, los de 6to grado, querían balones de fútbol, de básquet y “uniformes”. Creía que hablaban de uniformes para el colegio, pero se trataba de uniformes para los equipos deportivos. No hay duda de que el deporte es promovido en el centro. Igualmente, pidieron salud y paz para la comunidad y el país.  

    Cuando ya me iba, unos pequeños preguntaron sobre lo que yo estaba haciendo, y una maestra les explicó. Entonces uno dijo que él también quería estar en la “entrevistación”. Ja, ja, ja, y nos quedamos un rato conversando.

    La verdad, repetimos, fue muy grato, encantadoras sus actitudes y sus respuestas. De paso, las conversaciones hablan bien del centro educativo; se ve que cultiva la empatía, el trabajo en grupo… Volveremos para ver qué experiencias exitosas se pueden sistematizar y así ayudar a otros.

    Pero volviendo al Día del Niño, darles la posibilidad de expresarse y opinar es un buen ejercicio, no solo para los educadores, ya que las autoridades deberían hacerlo también, al igual que los padres, y ¿qué tal los candidatos a alcaldes?

  Haga usted lo que pueda por los niños que tiene en su entorno. Luego nos