“¿Y en qué grado estás?, ¿no tuviste clase hoy?”, le pregunté a una niña pequeña mientras esperaba que me atendieran en el banco donde estaba. La niña me dijo que estudiando tercer grado y la mamá me comentó que, a comienzo del año escolar, tenía clases 3 días a la semana. Después la maestra, que tiene 18 años, les dijo que debía trabajar en otra parte también y por ello solo tendrían clases dos días a la semana, pero durante este último mes, solo estaban teniendo clases los lunes. “¿Usted cree que ella puede aprender algo con un solo día de clase?” Inmediatamente pensé que no y así va a pasar a 4to grado.

La educación venezolana hace años que está en emergencia. No hablo del momento cuando se decretó la cuarentena por motivo del Covid-19 y se suspendieron las clases presenciales; ya teníamos años en emergencia y la situación se ha ido agravando. Veamos algunos datos, solo unos pocos datos.

Según cálculos de la Escuela de Educación de la UCAB, y son cálculos hechos por la Escuela, dado que cifras oficiales hace tiempo que no se tienen, el 14% de la población en edad de estudiar, esto es desde 3 a 22 años, está fuera de las aulas. Esto lo decía Carlos Calatrava, director de la mencionada casa de estudios, a comienzo del año escolar 2023- 2024 (El Ucabista, Oct. 2023). Entre los que no están asistiendo a ninguna escuela y los que han ido desertando hay un aproximado de 3 millones de NNA fuera de las aulas. Y yo digo que así fueran dos millones o únicamente un millón, ¡son muchos! Ese dato sería suficiente para declarar la educación en emergencia y tanto el gobierno como toda la sociedad debieran estar haciendo muchas cosas para recuperar a esos chamos que no asisten a clases, pues sin educación ningún país sale de una crisis y ningún niño o adolescente tiene presente ni futuro.

Agreguemos a este dato el famoso y triste horario mosaico, implantado por el mismo MPPE en este año escolar, según el cual se redujo de 45 minutos la hora de clase, a 35, y además los que estudian en escuelas públicas (el 85% de la población de NNA), ha supuesto 3 o 2 días de clases para los estudiantes. Si con 5 días en las escuelas privadas, incluyendo aquí a las subsidiadas, cuesta que aprendan, ¿qué tal con 2 o 3, o uno, como esa niña con la que hablé en estos días? ¡Solo este dato es para movilizarnos a favor de salvar la educación!

La educación en Venezuela es un derecho humano para todos los NNA y jóvenes, según el artículo 103 de la CRBV; además ese mismo artículo señala que el Estado asignará los recursos necesarios para garantizar ese derecho. ¿Cómo les suena eso? También la Convención Internacional de Derechos del Niño, en su artículo 28 lo plantea y establece que debe hacerse con igualdad de oportunidades y, en el literal e de ese artículo, reza que los Estados partes, deben “adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir la deserción escolar”. Por supuesto, la LOPNNA también lo establece en su Art. 53. Es bueno recordar aquí que en Venezuela, los derechos de los NNA son Prioridad Absoluta (Art. 7 de la LOPNNA y 78 de la CRBV). De manera que no es por falta de leyes sino falta del cumplimiento y respeto a las mismas.

Tenemos también el terrible problema de la pérdida de docentes calificados, los cuales han ido abandonando las aulas debido a esos salarios de hambre, los más bajos de todo el magisterio en América Latina, más bajos que los de Haití y Cuba. Un promedio entre 15 y 30 dólares mensuales, según años de servicio y titulación. ¿Quiénes los están sustituyendo?, ¿los jóvenes de “chamba juvenil”? Hay universidades donde las escuelas de Educación están casi cerradas por falta de alumnos y hay centros educativos que deben hacer malabarismos para atender a los estudiantes por falta de docentes. Según datos de los gremios, se han perdido en los últimos años unos 250.000 docentes en el país. ¿Dónde está el plan de emergencia para cubrir esas vacantes? ¿Cuándo se va a dar a los educadores un salario digno como lo establece el Art. 91 de nuestra CRBV?

Hay otro elemento importante en relación a la educación, el tema de la calidad. ¿Están aprendiendo lo necesario los que están asistiendo a clases? Estudios hechos por la UCAB, junto a otras organizaciones (como la gente de Con la escuela con su red de observadores escolares), señalan que estamos raspados o apenas en el límite. Los niños están saliendo de 6to grado sin la adecuada comprensión lectora y, a veces, graduándose de bachilleres sin esa competencia. Tenemos como una pequeña luz y eso es necesario decirlo: que la Ministra de Educación reconoce ese problema de la calidad y ha pedido ayuda; esperemos que se deje ayudar y escuche recomendaciones de los que han demostrado saber del tema.

No podemos en una sola columna abordar todo lo que nos preocupa de nuestra educación, así como no podemos hablar de las iniciativas que nos animan, como ese proyecto Leo, juego y aprendo, impulsado por un equipo de la UNIMET, para mejorar el aprendizaje de la lectura en niños de Educación Inicial y primer grado. ¡Con más recursos este proyecto podría llegar a muchas escuelas y no únicamente a las 300 que está atendiendo!

Finalmente, es necesaria una gran alianza para salvar la educación venezolana. Fe y Alegría está empeñada en animar esa alianza y hay universidades, empresarios, medios que se están sumando. “Necesitamos la gran alianza para educar y dar esperanza”. En estos tiempos en los que se respira deseos de cambio en el país, no olvidemos a la educación en esos planes.

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