
¿Quién no cantó en su escuela “Corre, caballito” o “Mi burrito sabanero” en Navidad? No importaba lo mal o lo bien que estuvieran las cosas en el colegio o en sus alrededores, la Navidad es una especie de respiro, de brisa en medio de la situación y hoy, en esta Venezuela en medio de dos emergencias, la humanitaria compleja y la generada por el Covid, se hace mucho más necesario que los centros educativos ofrezcan una velita en medio de este apagón que tenemos en el país.
No sabemos hasta qué día trabajarán las escuelas. ¡Qué año escolar más atropellado! Empezó tarde, muy tarde, luego, interrupción por las elecciones -único país que interrumpe clases por un evento regular en cualquier democracia por más imperfecta que esta sea- y, a decir verdad, no me atrevo a asegurar que todos los planteles hayan arrancado. No sabemos cuán presencial está siendo el trabajo; no sabemos, repito, hasta que día trabajarán, pero con optimismo moderado, me atrevo a sugerir actividades que puedan significar un oasis para los estudiantes en los días de diciembre con clases. Espero sean útiles. Y es que los niños, niñas y adolescentes, necesitan dibujar sonrisas en sus rostros, a pesar de tantas dificultades.
Es verdad que con la pandemia, aunque se haya decretado flexibilización en esta cuarentena prolongada, usted y yo sabemos que no podemos descuidarnos. Todos conocemos algún contagiado, incluso alguna víctima mortal de este virus, así que no podemos descuidarnos y estar inventando actividades irresponsablemente. Recuerdo aquellos tiempos cuando desde Fe y Alegría se impulsaban las parrandas por la comunidad. Se contaba con la cooperación de vecinos, se les pedía que pusieran el pesebre en los porches de sus casas y la escuela preparaba cantos, inventaba estrofas, ensayaba y salía a recorrer las calles cercanas al colegio. ¡Una gran actividad que estimulaba el cerebro creativo, estrechaba la relación con la comunidad! Algo bonito, aunque hoy eso no es posible. Sin embargo hay otras cosas que podemos hacer en estos días que quedan de actividad escolar. Les sugiero algunas.
Las cartas al Niño Jesús por parte de los adolescentes, los niños y niñas, donde puedan dar gracias por los buenos momentos de este año -que seguro algunos habrán tenido- y también en las que puedan mencionar con quiénes irían al portal a visitarle (no irían con pastores y ovejas, pero que mencionen a sus seres queridos, a sus mascotas)… También pueden mencionar qué le llevarían de regalo. Seguro que no serán oro, incienso o mirra como los reyes magos, será, tal vez Harina Pan o leche… La carta al Niño puede servir para que se reflexione sobre lo que se está viviendo. Ayudaría a fortalecer la competencia de la escritura creativa y con sentido. También puede servir para expresar lo que quisiera para él y su familia en estas navidades y para el próximo año. En Primaria sería bueno que también dibujaran su visita al pesebre, contextualizado.
Otra idea para trabajar la escritura es promover la elaboración de cuentos de navidad y leer cuentos como el clásico de “Cómo Panchito Mandefua fue a cenar con el Niño Jesús” de José Rafael Pocaterra. Inventar cuentos ayudaría pensar cómo sería si el Niño Jesús naciera hoy en Venezuela, a dónde irían José y María, a cuáles hospitales, dónde pedirían posada, qué familias buenas de la comunidad los alojarían… En fin, un poco de contexto, siendo también una oportunidad para reconocer la gente buena de la comunidad… Recuerden que hay que enseñar a ver con los dos ojos: el que ve el drama, el problema, y el que ve soluciones, iniciativas solidarias….
Hay una actividad que a mí me encanta, puesto que lo hago a menudo: hacer estrofas para los aguinaldos y parrandas. Esa actividad es atractiva para niños y adolescentes. Yo las hago de la manera más sencilla, el segundo verso que rime con el cuarto, y la puedes cantar con los aguinaldos y parrandas más populares. Letras que promuevan la convivencia pacífica, y también letras que sean como protesta pacífica. Recuerden que, según la LOPNNA, los NNA tienen derecho y deber de defender sus derechos. Les comparto algunas de las mías:
Esta es la parranda de Fe y Alegría/ que canta aguinaldos de noche y de día.// Palabras bonitas/ traen en el morral/ todos esos niños/ que van al portal.// Yo le pido al Niño/ por toda mi escuela/ y por mis maestras/ que son todas bellas.// Al Niño le pido/ en la navidad/ traiga de regalo / solidaridad.// El Ángel Gabriel/ alzando sus alas/ dijo “Ya está bueno/ recojan las balas.// Los tres reyes magos/ vienen de la mano/ para defender / los derechos humanos.// Al Niño Jesús/ le vuelvo a pedir/ que el agua por tubo/ nos vuelva a salir.// Al Niño le pido/ en esta oración/ que todos tengamos/ buena Educación.// A José y María/ en esta ocasión/ pido que tengamos/ alimentación.// Al Niño le pido/ en la Navidad/ en mi escuela exista/ la fraternidad…
También los maestros pueden hacer las suyas y compartirlas en la última reunión de año. Vean estas como ejemplo:
Mira Niño lindo/ Tú eres buena gente/ que el maestro tenga/ salario decente.// Al Niño le pido/ en esta oración/ que venga y proteja la Constitución.// San José y María/ les pido un favor / que vengan y controlen/ la hiperinflación/./ En esta parranda/ pido a los vecinos/ brinden a la escuela / con copas de vino.// Vienen los maestros/ rezando un rosario/ pidiéndole al Niño/ mejores salarios…. ¿Qué les parecen?
Esas estrofas se pueden cantar, por ejemplo, con la música de “Corre, caballito” Y si en el salón nadie toca cuatro ni hay tambora, como dice la canción, “Cualquier rallo sirve de charrasca.”
En resumen, los venezolanos necesitamos un respiro. Los estudiantes también. La escuela tiene que crear espacios de alegría para bajar la ansiedad, elevar los ánimos… Cantar villancicos no detiene la inflación, pero te ayuda a dibujar una sonrisa en el rostro de los niños y en el de los educadores también.