
Se acerca la Semana Santa. En ella se recuerda la pasión, con su Vía Crucis, muerte y resurrección de Jesús. Pienso en el Vía Crucis de la escuela venezolana, recuerden que no comenzó en marzo del 2020 con la suspensión de las clases presenciales, ¡llevamos años con la educación en emergencia, cargando muchas cruces! Maestros, alumnos y familias cargan con esas cruces, algunas de las cuales son muy pesadas. Es necesario hacer conciencia de las mismas, pero conviene ver en cada estación, con cada cruz, si hay cirineos que estén ayudando a cargarlas como aquel cirineo que ayudó a Jesús a llevar la suya. También es importante que podamos ver cómo resucita la escuela venezolana.
Primera estación: ¡Hoy tampoco hubo agua en la escuela! El agua es muy importante para impartir clases, para que la escuela esté limpia, los sanitarios aseados y tener los jardines bonitos. También es fundamental que en las casas, en la comunidad haya agua por tubería. Pero en estos últimos tiempos, esto es una pesada cruz: no hay agua ni en las escuelas ni en muchas comunidades. Comprarla sale muy caro y, a veces, ni comprada se consigue. Pedimos por todas las escuelas sin servicio de agua. ¿Quién puede ayudar a cargar esta cruz? Hay organizaciones vecinales que están pendientes de este derecho humano vulnerado como “Barquisimeto sedienta”, por ejemplo. En ocasiones hay vecinos que cooperan con las escuelas.
Segunda estación: William, que estudiaba 2do año de bachillerato, no ha vuelto más al liceo y no es el único que está faltando desde hace varias semanas. Si faltan unos días, esos vuelven, pero, cuando ya son varias semanas… ¡es difícil que lo hagan! ¿Qué hace un chamo en edad escolar sin estudiar? Muchas veces se ponen a trabajar para ayudar a su familia o se quedan por ahí, en las esquinas. Eso es un riesgo, dado que pueden ser reclutados por las pandillas. Hay organizaciones que están pendientes de estos casos, ayudando a las familias con esa cruz. Y pronto, tanto la Red de Observadores Escolares como el Centro de Formación e Investigación “Padre Joaquín” de Fe y Alegría, estarán pendientes de cuántos abandonan sus estudios. Te pedimos por todos los alumnos que han abandonado la escuela. ¡Qué regresen para que tengan presente y futuro!
Tercera estación: Hoy Yamile tampoco desayunó y en la escuela no están dando ni desayuno ni merienda… Dicen los que saben que “la letra con hambre no entra”. Con hambre no se puede poner atención; con hambre no se aprende. Y es que muchas familias tampoco tienen alimentos en sus casas, como en el caso de Yamile. La parroquia católica de la comunidad ayuda a cargar esta cruz y da comida diariamente a unos niños, pero no puede con toda la escuela. “Alimenta la solidaridad” ayuda en algunas comunidades también. Te pedimos por todos los niños y niñas que no tienen su pan de cada día.
Cuarta estación: Los maestros están cansados, desanimados. Les ha tocado duro: educar a distancia sin tener herramientas, sin computadoras, sin saldo para sus celulares, sin acompañamiento y con bajos salarios. A los docentes hay que cuidarlos, reconocerles su trabajo, darles una mano. Existen organizaciones que están pendientes de su formación, como Fe y Alegría, la UCAB, “Educación Guao”… ¡Eso ayuda a cargar la cruz! Te pedimos por todos los educadores que quieren impartir bien sus clases. Te pedimos que todos consigan manos amigas.
Quinta estación. Renunció la maestra de 5to grado. Dijo que con su sueldo no puede mantener a su familia. No es la única que ha renunciado. Hay escuelas que están a punto de cerrar por falta de docentes, sobre todo de profesores de bachillerato. Sin maestros no hay escuela; sin maestros no hay educación ni presencial ni a distancia. Hay educadores que ayudan a cargar esa cruz atendiendo a más de un grupo, equipos directivos que dan clases para que los chamos estén atendidos.
Sexta estación: Volvieron a robar la escuela. Se llevaron hasta el techo de unos pasillos y rompieron los vidrios de las ventanas. ¡Lo que cuesta equipar una escuela! Cuando se roba una escuela, se está robando la educación de la comunidad y parece que para cuidarlas no hay suficientes autoridades. El robo a un plantel le duele a toda la comunidad. Hay vecinos que ayudan a cargar esa cruz cuando están pendientes de cualquier ruido por las noches, prenden luces, tocan silbatos para ahuyentar a los delincuentes… Te pedimos por todas las escuelas y liceos, te pedimos que sean protegidas para que así los niños, niñas y adolescentes puedan tener educación.
Séptima estación: A Josué, de 15 años, lo reclutó una pandilla de delincuentes. Le dieron y le dieron hasta que lo convencieron: le ofrecieron dinero, le pintaron villas y castillos. Le dijeron que tendría plata para comprar zapatos, ropa, que no pasaría hambre… No le advirtieron el riesgo que significa estar en esos grupos delictivos, ni tampoco que pondría en peligro a su familia. No le comentaron que podía morir joven. Hay escuelas y organizaciones juveniles que ayudan a los niños y adolescentes a tener su proyecto de vida para que sepan tomar decisiones y no terminen en pandillas. La gente de CECODAP ha hecho una investigación sobre el tema. Te pedimos por todos los chamos que reciben esas ofertas engañosas. Te pedimos que las autoridades sepan controlar a esas bandas de delincuentes, elaborando y aplicando políticas de protección integral para NNA.
Muerte y resurrección. Las escuelas pueden morir. Hay centros educativos que han cerrado en los últimos años, pero pueden resucitar cuando se une la familia, la comunidad y la sociedad para defenderlos, tenderle la mano en favor de los niños, niñas y adolescentes, que es también unirse por el bien del país.
Padrenuestro que estás en la escuela,
brindando a los niños educación
bendice y protege, mantenla bella
porque educarse es una bendición.
Padrenuestro que estás en el aula
dales a todos creatividad
que los niños aprendan a ser personas
y las autoridades cuiden de verdad.