Caracas 27 de abril 2020

Desde el inicio de la cuarentena social, Fe y Alegría, en consonancia con las directrices del MPPE, se activó para responder y atender a los estudiantes. Buscamos nuevos caminos para llegar a nuestros muchachos. Como no se puede de modo presencial, optamos por la educación a distancia. Nos reorganizamos en equipos de trabajo: pedagógicos y de comunicación. En lo pedagógico integramos materias en áreas de conocimiento, priorizamos competencias, saberes esenciales, diseñamos guías de aprendizaje en formato escrito y de audio. Abordamos Pre-escolar, Primaria, Media General y Media Técnica, Educación de Adultos y Técnicos Superiores Universitarios. Diseñamos estrategias para llegar a los estudiantes: redes sociales, contactos telefónicos, carteleras, papelógrafos y otras. Trabajamos los procesos lógico- matemáticos, lecto-escritura, apoyo psico-emocional, ciudadanía e interioridad en proyectos relacionados con la protección y prevención ante la Covid-19. Alimentamos la esperanza, la convivencia familiar y la salud mental desde la perspectiva cristiana de nuestra identidad.

Unimos esfuerzos por las comunicaciones. Con la red de emisoras de Fe y Alegría (IRFA), produjimos: “La Escuela en la Radio”, programa de radio de una hora diaria, más otra de reprogramación que complementa las guías de aprendizajes; “Sin Salón”, guías de aprendizaje para la educación de jóvenes y adultos. Además ofrecemos “Una Palabra Oportuna”, micros radiofónicos y de whatsApp de apoyo actitudinal, psico-emocional y espiritual. Las escuelas están cerradas pero el proceso educativo sigue adelante. Como siempre, los micrófonos de Radio Fe y Alegría están abiertos para atender las demandas y acompañar a la ciudadanía. Seguimos apostando por una comunicación con todas las voces. Nos mantenemos haciendo periodismo para visibilizar la cotidianidad de los sectores populares, indígenas y campesinos a través de los programas informativos y la página web www.radiofeyalegrianoticias.com.

Nos ha tocado responder creativa y rápidamente ante la situación. Esa es nuestra misión y nuestra responsabilidad.

Los educadores han respondido. Ha podido más su vocación y compromiso que las condiciones adversas. Unos en producción pedagógica. Otros en la organización del trabajo y de los equipos para esta modalidad de educación a distancia, nueva y desconocida para muchos. Otros en producción radiofónica. Todos en la búsqueda y contacto con sus estudiantes y familias y en el desarrollo del acto educativo a distancia: enviar los materiales, verificar su recepción, atender cantidad de llamadas de estudiantes y familias a toda hora, hacerles seguimiento para saber a quiénes y a cuántos llegamos y cuántos están quedando fuera. Para el 17/4 llegamos al 64% (66.162) de los estudiantes desde pre-escolar, Primaria, Media General y Media Técnica.

No ha sido fácil porque las condiciones no ayudan. Tanto el personal como los estudiantes carecen de equipos tecnológicos (teléfonos inteligentes, computadoras, tabletas…), unido a la mala calidad del servicio telefónico y de internet, que ellos mismos pagan de su bolsillo.

¡Es un privilegio contar con equipos de educadores convencidos, comprometidos, valiosos, generosos y de calidad! Damos gracias a Dios por todos ellos.

Pero no podemos cerrar los ojos ante una situación calamitosa, que puede echar por tierra todas las iniciativas y esfuerzos: Las condiciones socio-económicas. El ingreso mensual de un educador es miserable. Su capacidad para adquirir alimentos y bienes necesarios para sobrevivir es reducidísima. No tiene como afrontar una enfermedad o cualquier imprevisto. Todo ello genera en nuestro personal, preocupación, angustia, incertidumbre, decepción y molestia.

La conclusión es evidente: si queremos tener educación hay que mejorar sustancialmente las condiciones de vida del personal. Es un reto para toda la sociedad venezolana porque está en juego la educación de los estudiantes de todos los venezolanos. Nuestro personal está asumiendo su responsabilidad. El país, la sociedad y el Estado tienen que asumir la suya.

Hacemos un llamado a:

  1. Reconocer y valorar el trabajo de los profesionales de la educación (Docentes, Directivos, Administrativos y Obreros), a través de una justa remuneración y una bonificación.
    • Según la Convención Colectiva Unitaria hay un retraso enorme en el ajuste salarial, no cancelado oportunamente desde el mes de octubre de 2018.
    • Bonificación al personal docente de “un monto único para todos” por el valor de 20 salarios mínimos, así mitigar los efectos de esta emergencia.
  2. Dotar al personal docente de las herramientas tecnológicas necesarias para atender a la población estudiantil en esta modalidad de educación a distancia: teléfonos inteligentes, computadoras (Canaima o Tablet), conexión a internet, entre otros.
  3. Establecer un plan de apoyo temporal en alianzas con las empresas telefónicas para la recarga en el uso de los teléfonos celulares.
  4. Activar un plan de emergencia para apoyar a las familias de los docentes con un combo de alimentos/proteínas.
  5. Proveer a las familias de los estudiantes, materiales y recursos educativos, que les permita realizar las actividades escolares en el hogar.
  6. Generar las condiciones de movilidad y acceso a las comunidades que se encuentran en sectores periurbanos, rurales e indígenas, a fin de poder brindar la educación a los estudiantes que allí se encuentran.
  7. Brindar seguridad y protección a las sedes de las instituciones educativas, para evitar que sean robadas y desvalijadas.
  8. Mantener las infraestructuras educativas en condiciones sanitarias necesarias para el retorno a clases, a fin de evitar la propagación de enfermedades.

Desde Fe y Alegría reconocemos el esfuerzo del MPPE en esta contingencia y estamos en disposición de seguir trabajando juntos para afrontar esta crisis. Mantenemos la firme esperanza de que serán atendidas estas solicitudes para la formación de nuestros alumnos y el bienestar de nuestro pueblo.

Manuel Aristorena S.J.