La cuarentena nos ha golpeado muy duro a todos. El aislamiento para aquellas personas introvertidas es un respiro por lo ajetreado que se ha vuelto el mundo, donde prima la inmediatez y la necesidad de conquistar un objetivo, para luego perseguir otro en el acto; pero, para otras, se ha vuelto todo un castigo, ya que están acostumbradas al contacto y al calor de los demás. Ante el caos que han generado las medidas para protegernos en nuestros hogares del virus Covid-19 como, por ejemplo, una mayor escasez de productos y la locura de sus precios, trabajos a media marcha e incluso despidos; no podemos olvidar que siempre tenemos algo que agradecer.

En estos momentos tan difíciles dar las gracias juega un rol muy importante, porque nos abre los ojos a las realidades que rodean y alimentan nuestra vida de manera positiva, muchas veces opacadas por situaciones momentáneas que se escapan de nuestras manos y no podemos evitar. El ser agradecido, aun cuando las circunstancias nos apremian, nos ayuda a superar las dificultades, condicionando nuestro cuerpo y mente para ser felices.

Algunos expertos dicen que la gratitud es una forma de terapia que proporciona salud y bienestar, porque fortalece las defensas inmunológicas y estabiliza el ritmo cardíaco. También aseguran que, quienes son agradecidos, tienen menor tendencia a la depresión y la ansiedad. En resumen, agradecer causa mayor equilibrio psicológico y emocional, nos ayuda a sobreponernos de un mal día, a tomar decisiones dolorosas o a enfrentar la pérdida de un ser querido.

Ser agradecido es una acción que se aprende, es una actitud que podemos cultivar poco a poco, no importa cuánto tiempo le dedicamos, si solo cinco, quince o treinta minutos al día, antes de comenzar con nuestras labores o al finalizar la jornada.

Pero, ¿por qué estar agradecidos? Todo depende de la realidad de cada uno de nosotros; sin embargo, la primera razón de esa larga lista es ser capaces de abrir los ojos cada mañana y ver un nuevo día. ¿A quién agradecemos? A Dios, al universo, a la naturaleza. No tenemos que ser adeptos a un dogma religioso para agradecer el estar vivos. ¿Y qué agradecemos? Los dones que Dios, el universo o la vida misma nos ha dado; los gestos que hemos recibido de quienes están a nuestro alrededor y nos han dado una palabra de apoyo.

Al final de esa búsqueda de realidades y personas que merecen ser agradecidas, ¿cómo dar las gracias? En una oración cada día o anotando en un pequeño cuaderno; así cuando nos sintamos desfallecer, podemos rememorar a través de la lectura de nuestras palabras esos momentos que nos dieron alegría. Si somos amantes a la tecnología, también podemos descargar en nuestros teléfonos celulares aplicaciones para guardar pequeñas notas diarias; por ejemplo, Presently es una App disponible en Play Store para Android que nos invita a escribir sobre aquello que nos hace celebrar la vida, además de contar con un sistema de notificaciones diarias que nos pregunta por qué estamos agradecidos hoy.

Existen muchas maneras de cultivar el hábito de dar gracias, mas lo podemos poner en práctica siguiendo cuatro sencillos pasos:

  • Elegimos un lugar en nuestra casa donde nos sintamos cómodos y relajados. Puede ser en nuestro cuarto o en alguna zona de descanso donde tengamos un momento de intimidad.
  • Serenamos nuestra mente de las preocupaciones cotidianas. Este momento es para dialogar con nosotros mismos y buscar a nuestro alrededor qué merece ser agradecido.
  • Retenemos por un instante ese pensamiento que vamos a agradecer, lo visualizamos y nos empapamos de las sensaciones que nos produce.
  • Y después de contemplarlo por un momento decimos “gracias”.

Al finalizar, cerramos ese recorrido haciendo una letanía personal:

Gracias por mi despertar cada día, por darme salud a mí y a mis seres queridos.

Gracias por los dones que he recibido… (Aquí nombramos cuáles).

Gracias por las personas que me han acompañado… (Aquí nombramos quiénes).

Gracias por la oportunidad de ver, sentir… (Aquí nombramos qué).

Por todo, gracias, gracias, gracias…

“Observa todo como si fuera la primera vez que lo viste. Notarás cómo tu vida se llenará de gloria”.

Betty Smith

Verónica Cubillán 

Centro de Formación e Investigación «Padre Joaquín»

@Vj_Cubillan