Repensar la educación se nos ha convertido en una tarea obligada a partir de la crisis humanitaria, sostenida y compleja que vive nuestro país desde finales del 2015 e inicio del año 2016 y que se acrecentó por los efectos de la pandemia. Aunque hemos visto pequeños cambios que vislumbran esperanza hacia un mejor futuro, es muy cierto que en materia educativa la situación es aún muy compleja. En el caso específico de la Educación Universitaria encontramos como elementos claves de esta crisis: el deterioro de la infraestructura, escasez de insumos y equipos, desvalorización del personal docente, disminución del financiamiento, politización de las universidades, pérdida de la acreditación internacional, dificultad para realizar investigaciones, migración de estudiantes y docentes junto con bajas posibilidades para egresar a tiempo, a lo que se suma la desmotivación estudiantil y por último, la digitalización a la que se vieron forzadas para implementar la educación a distancia.

En medio de este contexto las universidades comenzaron a replantearse sus curriculum, durante y en el periodo de la post pandemia. Las necesidades que surgieron obligaron a analizar los desafíos y oportunidades de la adaptación a la modalidad de la formación en línea, adoptando nuevas tecnologías como las plataformas de aprendizaje y las herramientas de colaboración virtual. Por otro lado los curriculum han profundizado su enfoque en el desarrollo de competencias claves para el siglo XXI: el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad y la colaboración. También se han fortalecido las vinculaciones con el sector productivo a través del incremento de las prácticas profesionales, propuestas de investigación y programas de emprendimiento. Algunas universidades además han flexibilizado los programas de estudio para que los estudiantes puedan personalizar sus trayectorias.

El programa Fe y Alegría Universidad no estuvo ajeno a esta realidad, por lo que dio inicio a su proceso de renovación entre noviembre del año 2020 y julio del año 2021 para adecuarse al modelo de gestión basada en resultados que asumió Fe y Alegría Venezuela, que luego se contextualiza en el marco de la reconfiguración de la visión estratégica del Movimiento en el año 2022. Paralelamente se inicia la reflexión y construcción del Modelo Educativo como marco referencial para los distintos programas: Escuela, Educomunicación, Capacitación y Universidad, tarea que se asume bajo el liderazgo del padre Jesús Orbegozo SJ, rector del programa universitario y en coordinación con el Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín. Esta experiencia de construcción colectiva siguió abonando a la reflexión y permitió la definición del modelo educativo de Fe y Alegría Universidad, en el marco de su 25 aniversario.
Esta revista recoge experiencias importantes de esa mirada de lo que ha significado el hacer universidad en estos tiempos, desde los diferentes ámbitos propios de una institución de educación universitaria: extensión, academia e investigación y con los rasgos que la distingue de otras instituciones pero que son el reflejo de su identidad. Cada uno de los textos nos presenta los modos a través de los cuales, en estos 25 años, se fue dando respuesta a la lectura crítica de la realidad frente a la misión encomendada: formar excelentes profesionales, comprometidos ciudadanos y auténticos cristianos.

Es así como encontramos en el Buzón del lector el saludo del padre del padre Orbegozo para compartir, además a grandes rasgos, las metas alcanzadas en el año 2024 y las motivaciones y desafíos para el 2025. En la sección de Reflexiones, nos reconforta la historia del sueño del padre Vélaz como corona de las iniciativas de Fe y Alegría y parte de este camino recorrido hasta el momento actual. El Dossier es la columna vertebral de la revista y en este caso los principios que sostienen todas las experiencias que aquí se comparten, es el modelo educativo el marco y guía de todas las acciones del programa.

La riqueza de las Experiencias, dan cuenta de todas las reflexiones, adecuaciones, haceres y aprendizajes que van dejando un profundo sentido de compromiso por una educación de calidad que responda a los nuevos tiempos y a los retos y desafíos que la compleja realidad en la que vivimos va exigiendo, así como también las evidencias de un modo de proceder que pone en el centro a la persona, que entiende que no se avanza en solitario sino que es importante establecer alianzas que garanticen la concreción de todos los sueños. Como siempre, recomendamos un texto para su lectura, esperando que aporte ideas para una reflexión que no termina y cerramos con un poema de un gran maestro de la poesía venezolana.

Esperamos que esta revista pueda ser inspiradora para quienes la lean pero a su vez motivadora para los docentes que ven plasmados en cada texto el fruto de su esfuerzo y su contribución a la construcción de un futuro esperanzador para tantos jóvenes que creen en la educación como posibilidad de un mejor porvenir.