Ideas clave

Estamos en un mundo donde no podemos obviar la virtualidad, ya que gran parte de las personas dedican su tiempo a estar conectadas a internet.

Es innegable que existe una brecha, cada vez mayor, entre el mundo del aula y el mundo cotidiano que viven los estudiantes. 

Y aunque mucho se insiste en dejar atrás una educación tradicional, se sigue privilegiando en las aulas: el silencio, la rigidez,  la descontextualización de los contenidos, la reproducción de conocimientos.

La educación debe ser inmersiva, innovadora y no limitarse a cuatro paredes, siendo los juegos una estrategia ideal donde los estudiantes construyen identidades a partir de avatares que interactúan con un mundo virtualizado, por lo tanto, son los protagonistas. Los juegos permiten repensar la enseñanza (gamificación).

 La gamificación trasciende el mundo plano y genera un aprendizaje donde el estudiante interactúa y adquiere conocimientos significativos.

 El gran reto de la educación es centrarse en el desarrollo de capacidades, destrezas, valores, aprovechando los avances de la tecnología, de manera que los estudiantes logren ser ciudadanos competentes para el mundo actual.

 La formación de los estudiantes no debe focalizarse solo en el dominio conceptual, sino también en cómo hacer las cosas, es decir, un nivel de dominio según sus cualidades.

En este caso, la gamificación se asoma como una posibilidad en la que el participante desarrolla una serie de competencias para la vida.

 El principal motivo del juego es la diversión, pero la gamificación tiene que ver con la resolución de problemas desde el juego, integrando algunas dinámicas y reglas.

 La gamificación tiene algunas características:

– Elección de jugar.

– Participación interactiva.

– Retos y oportunidades (alcanzar una meta).

– La motivación (premios o castigos, ganar o perder).

– Las reglas (lo que se puede o lo que no, cómo funciona la dinámica).

– Son sistemas cerrados (escenario donde ocurre).

 El juego, con sentido gamificado, debe conectar al estudiante con una realidad para que realmente la experiencia sea significativa.

 Un aspecto clave en la gamificación, es considerar las motivaciones internas y externas de los estudiantes. Este elemento hay que incluirlo en el diseño instruccional.

Hay que recalcar que gamificar no es usar juegos, sino aplicar sus principios: narrativas inmersivas, retos escalables y feedback inmediato para motivar el aprendizaje.

 La gamificación no es un juego en específico, aunque sí puede incorporar algunos de sus elementos, por lo que la experiencia se hace más extendida en el tiempo.

 La gamificación adquiere estética a través de una historia, es decir, desde la narrativa: búsqueda o viaje del héroe, extraño en tierra extraña, de harapos a riquezas, chico conoce a chica, la venganza.

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