Ideas claves
La Gerencia de la felicidad como disciplina, propone aplicar estrategias prácticas para crear ambientes positivos y fomentar la felicidad en el trabajo.
En la Gerencia de la felicidad cobra especial relevancia el bienestar de los docentes y estudiantes, ya que es fundamental para el aprendizaje y el desarrollo integral.
Un sistema educativo centrado en la felicidad busca cultivar un entorno donde todos los actores se sientan valorados, motivados y comprometidos con su propio crecimiento y el de los demás.
Ben-Shahar, profesor y escritor estadounidense e israelí, plantea a través de sus investigaciones diversas enseñanzas que permiten alcanzar una vida más feliz y plena.
Los seis postulados principales de Ben-Shahar son:
- La felicidad es una elección.
- La felicidad no es un destino, sino un viaje.
- Las relaciones son esenciales para la felicidad.
- La felicidad se encuentra en el presente.
- La felicidad requiere gratitud.
- La felicidad es posible para todos.
La Gerencia de la felicidad no se trata simplemente de crear un ambiente de «fiesta» constante en la oficina o en la escuela. Se trata de comprender las necesidades y expectativas de los empleados y estudiantes, y desarrollar estrategias personalizadas para fomentar su bienestar.
La Gerencia de la felicidad apuesta por un enfoque sistémico de la educación donde se valora a los actores desde su individualidad, pero se trasciende a la globalidad, donde todos los elementos e individuos están interconectados.
Un enfoque sistémico, nos invita a observar la educación como un conjunto de elementos interrelacionados que interactúan entre sí, en función de seguir sumando y apostando por un objetivo en común.
Entre los pasos para implementar la gerencia de la felicidad están:
- Crear un ambiente escolar positivo y acogedor.
- Fomentar el aprendizaje socioemocional.
- Promover la autonomía y la responsabilidad de los estudiantes.
- Establecer relaciones positivas entre docentes, estudiantes y padres.
- Impulsar la participación de la comunidad educativa.
Tanto el coeficiente intelectual como el coeficiente emocional -también conocido como inteligencia emocional-contribuyen a desarrollar habilidades claves para la felicidad: lograr relaciones sólidas, encontrar un propósito en la vida y manejar el estrés efectivamente.
Para acompañar a los estudiantes en el camino de la felicidad debemos trabajar por la armonía en el aula, que se traduce en garantizar un clima escolar positivo, usar pedagogías activas, brindar apoyo y animar la participación de la comunidad.
La Gerencia de la felicidad en la educación no es una receta mágica, sino un proceso continuo de aprendizaje y adaptación, donde se deben involucrar todos los actores del sistema educativo.
La evaluación y el seguimiento en la Gerencia de la felicidad son herramientas claves para medir el impacto de nuestras acciones y asegurarnos que estamos avanzando en la creación de un ecosistema educativo donde la felicidad florece para todos.