Todavía conozco niños pequeños que hacen barquitos y avioncitos de papel. Ahora las maestras sugerimos que se construyan con hojas de reciclaje, porque ya saben que el papel bond está escaso y caro. Pero resulta que el gobierno venezolano no está hablando de “avioncitos de papel”:hace unos días anunció que compraría 12 aviones Sukhoy. No son avionetas para hacer turismo o para rescatar niños indígenas enfermos en la selva, no son aviones para la aviación comercial y mitigar el problema que tenemos para viajar en este país. No, son aparatos para atacar o para defendernos no se sabe de quién, ¡aviones de guerra, pues!
¿Cuánto cuesta un avioncito de esos? Según la revista Janes´s, especializada en este tema, un Sukhoy, sea cual sea su modelo, está entre 40 y 45 millones de dólares. Ha leído bien: ¡40 a 45 millones de verdes!, divisas por montones, eso sin repuestos y sin armamento. No estoy segura si mi cabeza puede digerir esa cifra con exactitud.
Saquemos algunas cuentas, aunque hoy en Venezuela con 4 tipos de cambio, no está fácil, pero pongamos, por ejemplo, un salario mínimo, con dólar a 200, tasa simadi, que no existe para la mayoría: un Suhkoy equivaldría a cerca de 771.429 salarios mínimos; pero, si lo calculamos a dólar libre, nos daría algo así como 5.500.000 salarios mínimo. ¡Claro! La verdad es que ese salario está muy mínimo.
Sigamos haciendo cuentas. Unas familias de Maracaibo están gestionando desde hace meses unos implantes cokleares para sus hijos con compromisos auditivos, sin esos aparatos sus hijos no pueden escuchar y tener vida “normal”. Mi amiga Marielsa me cuenta que reiteradamente el CEONCOEX les niega la solicitud de dólares preferenciales para poder importar los implantes. Pide reconsideración y nada. Cuestan 9.000 dólares. Con uno de avioncitos, 5.000 venezolanos con problemas similares podrían tener su implante. Para aviones de guerra hay dólares, para niños, niñas y jóvenes con necesidades especiales no. ¡Negado!
Pero más allá de todo lo que podríamos hacer no con uno sino con 12 avioncitos –saque su cuenta– añada el discurso tan repetido sobre la escasez de divisas para medicinas, por dar un solo ejemplo. Dígame usted: ¿contra quién es la guerra?, ¿a quién vamos a bombardear con esos Sukhoy?, ¿vamos a la guerra con los vecinos? Se conversa con el presidente Santos, pero, ¿nos apertrechamos con equipos de combate?, ¿esas son las “fronteras de paz” que se aspira tener?, ¿hay dos discursos, uno que habla de “paz” y promueve reuniones o acepta reuniones y otro que se prepara para una guerra no-sé con- quién?
Otras preguntas. Si hay escasez de divisas, ¿quién aprobó esos gastos por encima de los 9.000 dólares que necesita mi amiga Marielsa para su hija y otros tantos pacientes de enfermedades crónicas? ¿Por qué es tan difícil que haya divisas para la vida de los venezolanos y parece fácil aprobar millones de dólares para la muerte? ¿A la Asamblea Nacional le parece adecuado este gasto?
Algo más, debo corregirme, no son 12 los avioncitos, ¡son 13! Hay mucha preocupación en el gobierno por el Suhkoy que sufrió el accidente. Hay que reponerlo. Eso esa es la impresión que se tiene al revisar las declaraciones del Presidente.
No sé qué piensa usted. Yo estoy escandalizada, molesta, brava, pero es una rabia sana. No me puedo quedar con la rabia del tiempo que invierto en buscar los productos básicos. Estos avioncitos no se me quitan de la cabeza. Sigo sacando cuentas.