Las distintas Obras que hacen vida en el Zulia siguen activas muy a pesar de la realidad que se vive como país, la cual, no se niega, porque se padece a diario; no obstante, el llamado es a hacerle frente con mucho empeño y creatividad.
Trabajar en tiempos de crisis resulta una verdadera proeza que como buenos ignacianos sabemos afrontar, es por ello que, desde las actividades con los niños, jóvenes, adultos, mujeres y hombres de sectores menos favorecidos, hasta la sociedad civil que bien merece atención, se han realizado actividades de diversas índoles. La toma de conciencia para la búsqueda de la interioridad, el rescate del examen ignaciano, recuperar el valor de la palabra, cambiar el lenguaje que nos divide por el que nos une y nos humaniza.
La formación sociopolítica, que mantiene despierta la capacidad de reincidir en lo que parecía perdido, de buscar aún entre los fracasos personales levantarse después de las caídas, las madres y padres que buscan respuestas acerca de la realidad juvenil para entender cómo reaccionan y lograr la sana convivencia, compartir entre los vecinos temas como la “Enseñanza Social de la Iglesia”, son pasos gigantes como los de Gulliver en medio de la ciudad de Liliput, pasos que invitan a confiar en el otro. Desde todos los medios, escuela, radio, comunidad, desplazados, jóvenes, apostamos por construir el Reino de Dios.
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