Agenda para el diálogo necesario
Todo el país clama por la necesidad de un diálogo sincero, como único camino para resolver la profunda crisis que vivimos y enrumbar a Venezuela por las sendas de la convivencia, la paz y el progreso. Pero, como escribí hace unos días, el diálogo exige respeto, humildad para reconocer los propios errores y aceptar que uno no es el dueño de la verdad. Los orgullosos y los prepotentes no saben dialogar. El diálogo necesario parte de reconocer y valorar al otro distinto a mí y aceptar que nos necesitamos todos en la diversidad, pues polarizados y enfrentados no vamos a avanzar en la solución de la crisis e incluso podemos contribuir a agudizarla si no abandonamos las posturas intransigentes y soberbias.